Querida persona a quien va dirigida esta carta:
Tengo algo que me encantaría decirte y es que te quiero.
Hacía mucho tiempo que no me sentía así, hacía mucho tiempo que con un simple “hola” no se me ponía la piel de gallina. Lograste que volviera a confiar en que alguien podía verme linda, conseguiste apartar muchas de las trabas que me puse a lo largo de mi vida, para hacerme ser un poco más feliz; me devolviste, poco a poco, un sentimiento que creí desterrado en el fondo de mi alma.
Aunque no te des cuenta, a veces noto que transitás a través de mí con más cautela de la que deberías y sé que lo hacés por miedo a lastimarme; porque, aunque aparentes ser fría, fuerte y desconsiderada, sos lo más dulce que se cruzó en mi camino en este último tiempo y no puedo parar de pensar en vos.
Hace mucho tiempo que no puedo sacarme a alguien de mi mente, hace mucho que no logro que te apartes de mis pensamientos, estás todo el tiempo ahí, me armás y me desarmás a tu gusto. No te mentiría si te dijera que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por verte feliz, más allá de que el noventa porciento del tiempo me siento inútil y siento que no te ayudo.
Mientras escribo estas líneas, no puedo evitar que algunas lágrimas se escapen de mis ojos porque no estás a mi lado y todo lo que deseo en esta fría y oscura noche es un abrazo tuyo… Pero tengo demasiado miedo, mucho miedo, me asusta tanto la idea de perderte que no te digo cuán profundos son mis sentimientos y sigo jugando a que todo es una broma.
Lo único que espero es que, algún día, puedas darte cuenta de lo mucho que me importás y de lo mucho que te quiero acá, haciendo que mis demonios desaparezcan cada noche.
Atentamente.
La persona que emite esta carta.

Pensamientos desordenados (antes de dormir)


Quiero dormir y soñarte, nada más que soñarte.
Cuando cierre los ojos, todo lo que deseo tener y ver es tu rostro.
Quiero que me beses, que me desees, que me des ese abrazo que tanto necesito.
Quiero que me pertenezcas y eso sólo puede suceder en el mundo de los sueños.
Deseo cerrar los ojos ya mismo, porque sos lo primero que se cruza frente a mí cuando lo hago.
Si sólo un sueño va a unirnos, deseo que cierres los ojos al mismo tiempo que apago los míos, para que nos podamos encontrar.
Dormiría toda la vida, hasta la muerte, para tenerte a mi lado por toda la eternidad.
Si no dejarme implica nunca abandonar ese mundo de fantasía, exijo que te quedes ahí, conmigo, hasta que se termine la noche, hasta que nos cansemos de amarnos…
Aunque te lo pida de rodillas, jamás me dejes despertar.

Y sé que jamás seré tu musa


Estabas ahí sentada y te sentí muy cerca. No pude encontrarme con tu rostro pero algo en mi indicó que ahí te encontrabas.
Sin vernos reconocí tu mirada, me conquistaron tus dulces palabras. Y si bien era todo muy hermoso, eso que decías llevaba un mensaje de soledad y melancolía.
Lo que mas me atrajo de tu persona fue esa forma tan tranquila y a la vez tan paranoica de contarme tu vida; el modo de gritarnos a mi y a este terrible mundo esas locuras y raras ideas que se paseaban por tus pensamientos y que sólo a mi me resultaron interesantes y atrayentes. Eso que plasmaste en el aire llenó mi corazón y me hizo pensar mas en vos. Cargadas de sentimiento desde el fondo de tu alma, esas frases perdidas en una agria sinfonía se transformaron en la droga que yo necesitaba, la medicina que me hacía revivir en cada encuentro y volaba mi mente en mil pedazos, me elevaba y me llevaba lejos sin importar a dónde y sin preocuparme por volver a poner los pies en tierra firme.
Pero, al pasar el efecto, me encontré frente a este bendito juego de palabras, y aún sabiendo que no era yo la que invadía tus sueños me senté a escribir lo que controlaba los míos.
Sigo escribiendo por vos, contándote lo que siento y vos siendo mi inspiración, aunque sepa que no te das cuenta y que todas estas palabras quizá no te ayuden a reconocer lo que verdaderamente siento...
Seguramente nunca llegue a ser esa que te saque las ganas de dormir.

Una disculpa



Voy a pedirte perdón...
Perdón por sacar temas poco interesantes cuando hablamos; perdón por ser tan impredecible y por resultar tan interesante a veces.
Quiero disculparme por la cantidad de veces que te obligué a que perdieras la tranquilidad por mí y por esas en las que me preocupé de más por vos.
Me gustaría que aceptaras mis disculpas por haberte dado tantas malas noticias juntas y nunca una buena tras otra, por haberte regalado más lágrimas que risas y más golpes que abrazos.
Lamento haberte comunicado tantas verdades duras. Perdón por mis chistes malos y mis bromas de mal gusto, son cosas que hasta a mí misma me sacan canas verdes.
Lamento mis depresiones y como te afectan.
Pero lo que más lamento, y por lo que más quiero pedirte perdón esta noche, es este amor que siento por vos.